“Algunos de los factores que pueden llegar a afectar son la deforestación, el avance de la agricultura hacia zonas de vegetación natural pueden afectar a las poblaciones de roedores”, señala la doctora María Mónica Díaz, cuando se le pregunta porqué un área que hasta ahora estuvo libre de hantavirus durante décadas deja de estarlo.
“Los roedores invaden zonas rurales donde encuentran comida y espacio a disposición lo que puede provocar el crecimiento de las poblaciones. Todos los desequilibrios que provoca el hombre en los hábitat son probables factores, ya que afectan las poblaciones de los animales en general”, afirma la experta en roedores. Mastozoóloga e investigadora del Conicet y de Fundación Miguel Lillo, la doctora Díaz ha trabajado con expertos del Instituto Maiztegui de Pergamino en el abordaje de un brote de hantavirus en Jujuy, a fines de la década de 1990.
Con la atención puesta en el presente tucumano, la experta destaca: “lo más importante es que en Tucumán - y lo estamos viendo todo el tiempo- hay mucha basura acumulada”. “Y cuando los roedores se van acercando a la ciudad, tienen comida a su disposición. Entonces, van haciendo sus nidos. Por eso la importancia de la limpieza, del desmalezamiento a fondo. Hay que tomar conciencia de que no son erradicables, porque el virus está en la naturaleza. De manera que lo más importante es la prevención. Sin maleza y sin basura; sin roedores, ya que la orina y las heces de roedores son el problema en la transmisión del hantavirus”, añade.
- ¿Cómo trabajaron ustedes con expertos del Maiztegui, en Jujuy, cuando hubo un brote de hantavirus?
- En Jujuy se realizaron muestreos de roedores, se colocaron trampas, se capturaron los ejemplares y se tomaron las muestras correspondientes para determinar cuáles eran las especies de roedores reservorios.